Cuando se ve a muchos jóvenes sin ideales, jóvenes que sufren la drogadiccón, el abandono, la soledad, que viven al interior de una familia destrozada, que tienen que desertar de sus estudios para poder ayudar en su hogar porque la cesantía ha afectado a su padre o a su madre....es fácil realizar una crítica ante la violencia, agresividad, indiferencia, apatía y falta de espectativas con que mira el joven la vida. Este diagnóstico tan simple pero real y conmovedor es, creo yo, lo que afecta a gran parte de la población juvenil de los países Latinoamericanos.
Creo que ningún cristiano, sea del credo que profese, puede quedar indiferente ante tal flagelo.
¡Que fácil es emitir un juicio usando aproximaciones tecnicistas, economicistas, sociologistas, teologicistas, políticas, etc..!
¡Fácil encontrar culpables!
¡Difícil encontrar los caminos de solución!
Dejo planteado la gran interrogante: ¿Cómo anunciar el evangelio a éstos jóvenes? ¿Qué esfuerzos hacen para que penetre la BUENA SEMILLA en ésta tierra tan árida y seca? Sabemos que anunciamos a una persona viva y no muerta, a un Resucitado. Buscar las señales de Jesús Resucitado es la tarea. ¿Cuáles son? ¿Dónde están?. Dejo abierta las interrogantes para un diálogo.
A quien lea, reciba mi saludo y bendición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario